Lau estaba emocionada, entusiasmada y motiva por un nuevo desafío. Se había presentado para una oportunidad interna y en el proceso le había ido increíble. Su futuro jefe le había se había comunicado con ella para decirle que la oportunidad era suya y que solo faltaba hablar con su jefa para definir la fecha de su traslado. Lau no entraba en sí, pero también sabía que la calidad de su trabajo, dedicación y compromiso la habían permitido ganar esa oportunidad.
Ella en su área era la mano derecha de su jefa, cuando salía de vacaciones ella la cubría y fue la que diseñó toda la metodología de trabajo dentro de ella. Conocía el área de manera perfecta y hacía que sus demás compañeros se sientan apoyados y acompañados siempre por ella. Lau iba todos los días a trabajar motiva e inspirada por el amor que le tenía a su área y a sus compañeros, sabía que eran una TRIBU unida y hacían siempre lo mejor y más para llevar adelante cada objetivo.
Lastimosamente eso cambió para ella cuando su futuro jefe le dijo que no la iba a poder llevar con él porque su jefa no la quería dejar ir. Sus palabras fueron: «Ella me dijo que no podía desprenderse de vos y que mínimo necesitaba 3 meses para que le prepares a otra persona y lastimosamente yo no puedo esperar tanto». En ese momento ella sintió que el mundo se le venía abajo y que la persona a la que ella le había entregado su tiempo, su energía, su confianza y sus mejores talentos, la había traicionado, había puesto en primer lugar su comodidad por seguir teniéndola a su lado, aunque eso significara sacrificar una oportunidad de crecimiento para Lau, que había pensado en nadie mas que ella y así seguir saliendo de vacaciones tranquila sabiendo que su mano derecha iba a estar ahí para que las cosas funcionen.
Lau, ese día tuvo que retirarse de su lugar de trabajo del dolor que sentía, de la desilusión, tenía el corazón roto, igual que en una relación sentimental, y de hecho lo era porque ella quería a su jefa, a su equipo, a su compañía, pero algunas de estas partes la habían traicionado.
Una vez recuperada Lau, entendió que esa compañía no era para ella y que la mayoría de las personas que la manejaban no tenían ni la mente y mucho menos el corazón de un líder.
Como consecuencia inmediata ella se puso a buscar otro trabajo y como era de esperarse lo consiguió rápidamente, ya que de verdad era uno de esos recursos que todo lo que tocaba lo transformaba en algo maravilloso, y así ocurrió una de las perdidas más grande que pude tener un compañía.. sus mejores talentos se divorcian de ella.
En esta historia real, hay una carencia en todas las altas gerencias, el futuro nuevo jefe que se quedó con lo que le dijo la jefa de Lau, habiendo podido acercase al área de RRHH y contarles la situación, ya que por política nadie podía hacer lo que hizo la jefa de Lau. El área de RRHH, que cuando se enteró de que la persona seleccionada al final no accedió al puesto debía haber investigado y profundizado en lo ocurrido para cuidar del colaborador. Y obviamente la peor de todos, la jefa de Lau, una persona egoísta, cómoda y con absoluta ausencia de todo lo que se necesita para ser un líder. Alguien así, generó dolor, desmotivacion, desilusión en una persona que daba todo y más por ella y la compañía. Cómo es que podemos ser tan poco inteligentes emocionalmente? Cómo es que podemos poner alguien así al frente de un equipo de trabajo? Cuáles son nuestras métricas y herramientas para seleccionar a las personas que van a estar en estos puestos claves? Nos fijamos sólo en el pedigrí académico?
Cuantas Lau hay en el mundo organizacional?. Si una persona no tiene la capacidad de cuidar a quienes tiene a su alrededor, potenciarlos, desafiarlos a que saquen lo mejor que tienen y darles esa sensación de seguridad, de confianza que todos los seres humanos buscamos entonces no deberían NUNCA estar al frente de un grupo de personas. Estas personas debilitan a la organización y eso inherentemente termina perjudicando a todos.
